UGT reclama la mejora de las condiciones laborales de la profesión docente para cuidar la salud mental del profesorado y mejorar la calidad de la enseñanza

En la celebración, este 10 de octubre, del Día Mundial de la Salud Mental y a fin de lograr que la salud mental del profesorado sea verdaderamente cuidada, UGT considera imprescindible exigir a nuestro Gobierno y a las diferentes Administraciones educativas la mejora urgente de las condiciones laborales de los docentes, como base del bienestar de la profesión.

En España, el último informe de Salud Laboral publicado recientemente por UGT: salud mental y trabajo (2024), destaca que un 37% de las personas trabajadoras declara sufrir estrés, depresión o ansiedad causados por el trabajo, pero en el caso concreto de la profesión docente el porcentaje es todavía más alto (I-BEST: Barómetro Internacional de la Salud y del Bienestar del Personal de la Educación). Un 40% del profesorado español encuestado dice experimentar a menudo o siempre sentimientos negativos de ansiedad, depresión, y desesperación, un 51% se muestra insatisfecho con respecto al equilibrio entre la vida personal y profesional y un 65% de los docentes españoles consideran que su trabajo es «bastante» o «muy» estresante desde el inicio del curso escolar.

El mundo de hoy está caracterizado por el continuo cambio como consecuencia de los avances tecnológicos y la influencia de la IA y también está marcado por una profunda crisis que es global y nos afecta a todos y todas. Nuestras escuelas son receptoras de estas transformaciones y los continuos cambios que se producen en la sociedad han supuesto para el profesorado enfrentarse a situaciones que hace poco o no existían, o existían en menor medida.

Existe un malestar creciente que se está gestando cada día en nuestras aulas, muchas veces se presenta como un malestar silencioso que va creciendo lentamente y que merma la motivación y el liderazgo de profesorado, todo ello fruto del empeoramiento de las condiciones laborales de los docentes.

El exceso de burocracia y el uso de la tecnología digital están siendo una fuente de estrés para el profesorado, que se ve sobrecargado al no ver reducida su carga lectiva para realizar estas tareas. Además, la falta de recursos para atender al alumnado con necesidades de apoyo educativo, la disminución de su poder adquisitivo, la falta de reconocimiento de la profesión, y la falta de tiempo para conciliar la vida profesional y familiar, son algunas de las dificultades que generan situaciones de estrés y problemas de salud mental en el profesorado. Provocan un profundo malestar en nuestro colectivo docente.

La incidencia y frecuencia de estas situaciones son de tal magnitud y relevancia que la actividad docente es actualmente asumida como una “profesión de alto riesgo”, de modo que el empeoramiento de las condiciones en el ejercicio de la misma están contribuyendo a la disminución del atractivo de la profesión y como consecuencia la escasez de docentes que existe actualmente.

Desde el sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos sabemos que los trabajadores de la enseñanza necesitan tener unas condiciones laborales óptimas para ofrecer un trabajo de calidad y exigimos al gobierno y a las diferentes administraciones educativas la mejora de las condiciones laborales de los docentes, como base del bienestar de la profesión. Los estudiantes necesitan docentes disponibles para atender sus necesidades educativas y de aprendizaje y para ello trabajar en el bienestar y en la salud mental del profesorado debe ser una prioridad y elemento vital para una educación de calidad.

Finalmente insistimos en las propuestas prioritarias, entre otras, que se necesitan abordar para favorecer la salud mental y el bienestar emocional de la profesión docente:

• Reducir la ratio de alumnos por aula y las horas lectivas del profesorado

• Garantizar el derecho a la desconexión digital y reducir el exceso de burocracia

• Ampliar la dotación de profesores y reducir la temporalidad

• Incrementar las plantillas de profesionales específicos como orientadores, Personal de Apoyo, PTSC, Educadores Sociales, etc.

• Incrementar la financiación y desarrollar un carrera profesional atractiva: estatuto docente, mejoras salariales, licencias retribuidas por estudios, reducción horaria para mayores de 55 años, etc.

• Elaborar un catálogo de enfermedades de los trabajadores de la enseñanza y reconocer los riesgos psicosociales en la docencia como enfermedad profesional.

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