El Secretario General de UGT, Cándido Méndez, ha demandado un mayor compromiso, tanto de organizaciones sindicales y empresariales como de las instituciones, “para no relajarnos en el control y la gestión de la prevención, con el fin de luchar contra esta lacra que es la siniestralidad laboral y la enfermedad profesional”.
Cándido Méndez ha realizado estas declaraciones en el acto de inauguración de la jornada de salud laboral organizada por la Unión General de Trabajadores “Los delegados y delegadas de prevención ante los riesgos psicosociales”, en el que ha recalcado el aumento del 3,2% de la siniestralidad mortal hasta junio de 2014, en relación al año anterior, y el aumento de los accidentes in itinere un 20% en el mismo periodo, además del repunte del índice de incidencia, “que había descendido los últimos siete u ocho años pero en 2013 ya manifestó una subida que esperamos que no sea el preludio de un crecimiento continuo”.
En la inauguración también ha intervenido la Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT, Marisa Rufino, que ha señalado que “los riesgos psicosociales existen y se han agravado con la crisis, ante lo que se puede mirar para otro lado, como se ha hecho hasta ahora, o se puede luchar contra esta situación planteando acciones para implantar la prevención en el centro de trabajo”.
En este sentido, Cándido Méndez ha valorado el “compromiso permanente de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el trabajo en la lucha contra la siniestralidad y a favor de la prevención. Y es que en algunos países como Alemania se está avanzando en la dinámica de la desaparición de los límites entre la decisión del empresario de rentabilizar su inversión económica y las condiciones laborales, con modalidades de contratación donde estos límites desaparecen y fomentan la siniestralidad o la aparición de la enfermedad profesional”.
Como ejemplo, ha señalado “el contrato de cero horas del Reino Unido, que se presenta para simultanear estudios y trabajo y ahora afecta a un millón de trabajadores que se quedan a disponibilidad total del empresario las 24 horas del día sin una cuantía mínima de contraprestación económica asegurada, o los minijobs en Alemania, que afectan ya a ocho millones de personas y deterioran el mercado laboral”. Esta desaparición de la frontera “entre la vida privada y la laboral es muy preocupante y hay que actuar para luchar por el fomento de la igualdad y los derechos laborales”.
Esta situación “se agrava por la lógica que se impone en relación con los fondos de inversión. Hay estudios que llegan a la conclusión de que hay un sobrecosto de la rentabilidad del capital financiero que cada día es más intolerable para la vida de las empresas, produciendo un deterioro de las condiciones de trabajo, de tal forma que podemos entrar en un escenario de crecimiento económico raquítico, con una escasa creación de empleo y trabajo muy precario”.
“Esto hay que combatirlo, porque no solo afecta a las políticas de lucha contra la siniestralidad, sino que estamos ante un modelo de entender la economía que trae como consecuencia estos efectos colaterales letales”.
En este sentido, ha manifestado que en nuestro país ya existen herramientas para luchar contra esta lacra, como “el nuevo módulo del INE sobre accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que señala que hay una infradeclaración en esta materia”.
“Tenemos que aprovechar estas estadísticas para apostar por la exigencia permanente de reforzar las políticas públicas en esta materia, algo que ya estamos haciendo en las conversaciones con el Gobierno o la patronal, donde estos temas para nosotros tienen una prioridad absoluta”, ha sentenciado.