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El sector de Enseñanza de la Federación de Empleados de los Servicios Públicos de UGT manifiesta su preocupación por la gran incertidumbre que se vive en el sector de las autoescuelas y centros de educación vial. Y es que de manera constante, la pésima gestión del conflicto por parte de la Dirección General de Tráfico, está afectando al empleo directo en las autoescuelas.
De seguir así la actual parálisis del sector, de la que la Dirección General de Tráfico tiene una gran parte de responsabilidad, se podría llegar a la primavera de 2018 con 300 autoescuelas cerradas y más de 800 puestos de trabajo perdidos. FeSP-UGT insiste en que ya se puede hablar de hechos ciertos cuando nos referimos a cierres de autoescuelas, pérdida de empleo y crisis profunda en el sector.
El análisis de la situación indica que lo peor está por venir dado que las perspectivas no parecen ser mejores. FeSP-UGT ha podido constatar en su actividad diaria que los ciudadanos perciben con desconfianza al sector al no poder temporalizar y programar su formación vial y su consecuente examen, así como que las cada vez más pequeñas plantillas de trabajadores mantienen el temor a la pérdida del puesto de trabajo.
Mientras, llama la atención la frialdad y la inacción con la que la Dirección General de Tráfico percibe el drama de la sistemática pérdida de puestos de trabajo en el sector de las autoescuelas.
FeSP-UGT, sindicato mayoritario en el ámbito del profesorado de autoescuelas, vuelve a exigir a la DGT soluciones urgentes y respuestas claras. Es la propia DGT la que tiene la obligación de evitar los perjuicios que atraviesan las autoescuelas, que están viviendo un momento muy difícil, con una reducción considerable en el número de alumnos y una merma importante de los puestos de trabajo, hecho que genera cierta desconfianza de los usuarios hacia el colectivo.
