Las empresas se presentan a concurso con precios temerariamente bajos y se enriquecen a costa de los salarios de las trabajadoras: no remuneran debidamente las horas complementarias ni el tiempo de desplazamiento entre servicios.
La Ley de Dependencia fue presentada el 4 de marzo de 2006 por el Gobierno de Zapatero y el 30 de noviembre de 2006 se aprobó definitivamente en el Pleno del Congreso de los Diputados con una amplia mayoría. La Ley estableció un catálogo de servicios para las personas en situación de dependencia. Uno de ellos fue el servicio de ayuda a domicilio, integrado por el conjunto de actuaciones llevadas a cabo en el domicilio de las personas dependientes con el fin de atender sus necesidades de la vida diaria, prestadas por entidades o empresas acreditadas para esta función.
Las prestaciones que ofrece el servicio de ayuda a domicilio son: apoyo en la higiene personal, apoyo en la movilización dentro del hogar, ayuda en la toma de medicamentos, acompañamientos puntuales fuera del hogar, recogida y gestión de recetas o documentos, ayuda en la limpieza cotidiana de la vivienda, adquisición de alimentos y otros productos básicos a cuenta del usuario, preparación de comidas, etc
Mª Carmen López lleva trabajando en el Servicio de Ayuda a Domicilio en Madrid desde 1995. En la actualidad hay unas 14.000 auxiliares de Ayuda a Domicilio trabajando en la Comunidad de Madrid. Mª Carmen nos cuenta su experiencia como trabajadora y nos detalla los principales problemas de este colectivo.
¿Es un sector muy feminizado?
Completamente. Las trabajadoras del servicio de ayuda a domicilio somos mujeres en un 99%. Es un sector muy precarizado: hay familias monoparentales, trabajadoras inmigrantes… es un sector muy vulnerable y las empresas se aprovechan de esto.
¿De dónde surgen los conflictos?
Del precio de los pliegos. Cada vez salen más bajos, y las empresas se presentan a concurso con un precio/hora todavía más bajo para llevarse su trozo de pastel. No cubren el servicio ni se cumple el convenio colectivo. Muchas empresas se descuelgan del convenio apenas consiguen la adjudicación. Estos descuelgues no son solo salariales; también recortan complementos, licencias y vacaciones.
¿Y esto no se denuncia?
Sí. Algunas de estas empresas han tenido litigios laborales y han sido sancionadas por la inspección de trabajo por diversos incumplimientos, pero esto no les impide volver a presentarse a concurso, ganar la adjudicación, y seguir vulnerando los derechos de las trabajadoras. Un caso paradigmático de empresa incumplidora es CLECE, pero hay muchas más: Eulen, Valoriza, etc. CLECE tiene un amplio historial de incumplimientos en todo el territorio nacional. En Soria UGT denunció ante el SERLA que la empresa no cubría las bajas laborales. En Valladolid hay registros de acoso a las trabajadoras sin que la empresa tome ninguna medida. En Coruña no aplica el convenio colectivo y en las subrogaciones no respeta los acuerdos firmados por el anterior comité de empresa. En Coruña CLECE ha sido denunciada ante la inspección de trabajo y sancionada económicamente por diferentes infracciones, igual que en La Rioja.
¿Cómo se aprovechan las empresas? ¿Cuáles son sus procedimientos?
Por ejemplo, con el tiempo de desplazamiento: el tiempo de desplazamiento entre servicios es tiempo efectivo de trabajo, y sobre este punto las empresas roban a manos llenas. Si el tiempo que invertimos en desplazarnos es, por ejemplo, de 3 horas semanales, nos lo computan como media hora; si tardamos media hora, computan cinco minutos. Como te decía, en los últimos años en Madrid capital se ha mermado muchísimo el precio/hora. Más del 90% de las trabajadoras de ayuda a domicilio tienen jornadas parciales; esto hace que tengamos que trabajar 40 o 50 años para poder cotizar y tener una pensión mínimamente aceptable. Nadie quiere jornada completa porque estamos todo el día en la calle y es imposible conciliar la vida laboral y familiar. Las horas complementarias nos vienen muy bien, pero nos las roban. No las pagan. Si una persona ha acumulado 30 horas complementarias, la empresa solo te paga 5 o 10. Roban a manos llenas. Su dinero lo sacan de quitarnos tiempo de desplazamiento y del no pago de las horas complementarias. Son empresas, y su afán de lucro es compresible, pero no entendemos que lo hagan a costa nuestra y que las Administraciones no ejerzan un control más riguroso.
¿Las administraciones no hacen nada?
A la administración le viene muy bien que las empresas se presenten a concurso con un precio tan bajo, porque se ahorran dinero. Tampoco ejercen un control suficiente sobre la calidad del servicio; se ahorran dinero y miran a otro lado. El ayuntamiento de Madrid, que es caso que yo conozco, se ha lavado las manos con este asunto. Es muy triste decirlo, pero la situación está peor que cuando gobernaba el partido popular.
Otro problema es que desde la Administración no hay un control a la hora de conceder las prestaciones. Es sabido la inmensa cantidad de gente dependiente en lista de espera que necesita ayuda. Se está desprestigiando muchísimo el servicio; cualquier auxiliar te puede confirmar lo que te estoy diciendo. Por ejemplo, imagina que a una persona dependiente le dan tres horas de ayuda designadas a aseo personal, a hacer la compra y a ayuda en el hogar, una hora para cada actividad. Llegas a casa de esa persona y te dice “no, la compra me la hace mi vecina; no, al aseo me ayuda mi hija”, y resulta que tú te tienes que pasar tres horas limpiando… ¡con la cantidad de gente que necesita de verdad esa ayuda, personas que no tienen quienes las laven o les hagan la compra!… Pedimos a la administración un mayor control de las prestaciones, porque estamos viendo que gente en lista de espera muere esperando esta ayuda.
Es una lástima, pero la esencia de la ayuda a domicilio se ha perdido desde que esto se ha convertido en un negocio.