
Más de 300 personas han participado en la V Conferencia de la Mujer 2025 que se ha celebrado hoy en Madrid, organizada por UGT Servicios Públicos. El encuentro, que tenía por lema ‘Mujeres que abren caminos: sindicalismo feminista’, ha resaltado la importancia de los servicios públicos para un desarrollo justo, al tiempo que reconocía la labor esencial que las personas trabajadoras realizan cada día para garantizar la igualdad real y subrayaba el papel central del sindicalismo feminista en la defensa de unas condiciones laborales dignas.
Esta V Conferencia se había marcado como objetivos analizar la actualidad de la negociación colectiva y poner de relieve lo que los planes de igualdad han contribuido al buen desarrollo de la misma; conocer los retos a los que se enfrenta el sindicato en materia de igualdad y establecer estrategias que permitan crear centros seguros alejados del acoso sexual o laboral por razón de sexo.
Para ello se han celebrado tres mesas redondas bajo los rótulos de ‘Sindicalistas y feministas’, ‘Los servicios públicos en la construcción de la igualdad de oportunidades’ y ‘Afrontar los cambios y caminar hacia la sociedad basada en la justicia, la igualdad y la solidaridad’.
La secretaria de Mujer y Políticas Sociales, Luz Martínez Ten, presentó la conferencia como un espacio de debate, reflexión y análisis, pero sobre todo de encuentro de compañeras y compañeros que trabajan por la igualdad. También resaltó la importancia de situar este encuentro en vísperas del II Congreso. Martínez Ten resaltó que el sindicato ha conseguido que la igualdad sea un tema abordado por compañeras y compañeros y que sea una materia imprescindible en todos los niveles del diálogo social. “Sin igualdad no hay democracia”, apuntó, antes de añadir que “sin igualdad no podemos llegar a esa sociedad más justa y equitativa”.
El secretario general de UGT SP, Julio Lacuerda, confesó que la idea de poner en marcha esta conferencia de la Mujer que ha llegado ya a su quinta edición fue una gran idea. Lacuerda recordó que UGT SP es un sindicato de clase, no otra cosa y que la obligación es dirigir siempre la mirada hacia quien está peor que nosotros. Tras referirse a la insoportable lacra de la violencia machista, recordó que este año se celebra el 50 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco y que desde entonces muchas cosas han cambiado, y que en ello el sindicato ha jugado un papel decisivo. Aportó algunas cifras como que entonces la tasa de actividad de la mujer era del 28% frente al 85% de los hombres. O que solo el 4% de las mujeres habían terminado la educación superior.
“Eso no quiere decir que la tarea esté terminada”, señaló. “El sindicato tiene que encontrar fórmulas que lleven a superar el largo camino que queda por recorrer”. Llamó la atención sobre el sector de atención a domicilio, compuesto por 700.000 trabajadores, un sector en el que el 80% son mujeres. Un sector bastante joven, añadió, que va a fortalecer en los próximos años nuestra organización sindical, y de esa manera reforzaremos los servicios públicos”. También precisó que la federación es la que más ha avanzado en materia de igualdad y dio el dato de que el 55% de nuestra afiliación son mujeres. Además, aventuró, es muy posible que este congreso elija una secretaria general. “Si alguien puede estar orgulloso, ese soy yo”, precisó Lacuerda, quien en este II Congreso pone punto final a sus responsabilidades sindicales.

Trabajo titánico
Tras la intervención de Lacuerda, arrancó la primera de las mesas redondas, ‘Sindicalistas y feministas’, moderada por Angélica Rubio, consejera de RTVE y ex directora de El Plural, para quien ser feminista es “un compromiso total con la igualdad, y no es fácil”. Rubio dio las gracias a otra de las participantes, la exministra Matilde Fernández, y a su generación por el trabajo realizado en pro de la igualdad. “Nos dejasteis hecho mucho. Fue titánico aquello, y siempre desde la izquierda”.
Matilde Fernández, política, sindicalista y feminista, recordó que todas las organizaciones de países que han sufrido una dictadura han sido patriarcales y paternalistas. UGT también ha sido suave y cariñosamente paternalista, señaló, porque invisibilizaba a muchas mujeres, “y aprendimos que eso no podía ser”. “Evitábamos enfrentarnos a los hombres para poder sacar las cosas adelante. En todas las organizaciones había mucho machismo. ¿Esto ya no existe? La democracia se puede mejorar o estropear todos los días, y cuando se estropea aparece el patenalismo”
“Ser sindicalista de clase es necesariamente ser feminista. Como ser progresista. Las mujeres necesitamos una sociedad de derechos humanos, que es clarísimamente igualdad entre hombres y mujeres. Hay que seguir reduciendo la brecha de la pobreza y de la igualdad y la brecha de la redistribución de la riqueza”, agregó.
Afra Blanco, colaboradora de la Vicesecretaría General de Política Sindical, recurrió a una célebre película para preguntarse qué ha hecho el sindicalismo por las mujeres y se respondió enumerando logros como la abolición del trabajo infantil, el sufragio universal, la incorporación de la mujer en el trabajo, la equidad en los salarios o la reducción de la jornada laboral. “Hace falta muchísima pedagogía. Si tú defiendes la igualdad, defiendes los derechos humanos, la educación de calidad, que los cuidados sean remunerados, que no haya explotación laboral, eres sindicalista. Lo único que te falta es el carné. Hay mucho pájaro que vota escopetas. Espero que la España progresista sea capaz de poner en valor la labor que se hace. Somos organizaciones vivas. Y hay que cambiar cosas”.
Renunciar a privilegios
Medea Gracia, responsable del área confederal de Mujeres de UGT, se preguntó qué ha pasado para llegar a la situación de avance de los movimientos reaccionarios. “Las organizaciones sindicales no estamos sabiendo llegar a las personas jóvenes”, admitió. “Cuando nosotros lanzamos nuestros discursos no calan. Otros, en cambio sí llegan”. “Los hombres también tienen que renunciar a privilegios. Y dejar que las mujeres estén en espacios de responsabilidad. No solo somos las mujeres las que tenemos que apostar por una sociedad diferente. Debe ser el anhelo de toda la sociedad”.
En este sentido, aseguró que hay que corregir muchas cosas, que tiene que haber referentes, un reparto equilibrado de las tareas en las familias y política corresponsable. “Que los hombres se involucren en los cuidados. Todas las personas jóvenes tienen que reconectar con la clase trabajadora, y el poder de los sindicatos es la única manera de combatir esas desigualdades”.
Blanco también denunció el robo de las palabras por parte de la ultraderecha. “Hablan de pan, de obreros, de cuidados, de libertad, acaban con el concepto de clase media. Esto un partido de extrema derecha. Nuestra propia clase no nos entiende, y ellos han llevado todo al extremo del populismo y se les entiende todo. Es imposible que una sociedad alcance una igualdad real sin unos servicios públicos fuertes”.
¿Te podías imaginar esta especie de revival?, le preguntó la moderadora a Matilde Fernández. “Pensábamos que ese retroceso no iba a venir, y ha venido internacionalmente. A las mujeres, una sociedad individualista no nos interesa, sí colaborativa, que trabaja por el nosotros y nosotras. Tenemos que hacer el esfuerzo de explicar y contar lo hecho, porque si no ese vacío lo llenan otros en dirección contraria. Hay que escribirlo todo. Es fundamental ocupar espacios para narrar lo correcto. Ocupar espacio, tiempo y hacer pedagogía”.
Sobre las redes sociales, Medea Gracia habló de trabajar para estar en esas plataformas con contenidos educativos y de calidad. “Se demoniza a las personas jóvenes. Es verdad que no tienen todavía una información sobre las cosas, desconocen el pasado, esas conquistas sociales, no conocen el pasado pero tampoco ven futuro. Tenemos que cambiar el discurso. Están frustradas por el mundo en el que viven. Tenemos que poner en valor el trabajo que realizan las mujeres. Tenemos una situación complicada y tenemos que transformarnos para llegar a esas mujeres”.

Marta Jaenes, subdirectora de Infolibre, moderó la siguiente mesa de debate, titulada ‘Los servicios públicos en la construcción de la igualdad de oportunidades’. Aludió a la innegable mejora que han tenido los servicios públicos en los últimos cincuenta años, pero también la realidad de que no se ha conseguido el desarrollo suficiente como para que no haya exclusión y desigualdad, para lo que es preciso tanto unas condiciones laborales dignas como unos presupuestos adecuados.
Soledad Murillo, socióloga, feminista, investigadora y política, y ex secretaria de Estado de Igualdad, se remontó a 1983 para recordar la fecha de la legalización de los anticonceptivos y de la creación del Instituto de la Mujer. “Somos el 52% de la población. Se tardó mucho en estar en la agenda política. El papel de los sindicatos con la Ley de Igualdad ha sido absolutamente importante. La palabra conciliación la tenemos que desterrar del vocabulario, y sustituirla por falta de corresponsabilidad. Ahora tenemos que trabajar la reciprocidad. Mi generación está explotada en nombre de los afectos. Cuidado con la impunidad de los afectos”.
Ambiente machista
Laura Barrios, presidenta de Mujeres Jóvenes, habló de que se ha avanzado, pero también se está retrocediendo, porque el machismo se ha disfrazado y va evolucionando. “El ambiente sigue siendo machista. Las redes sociales están plagadas de cómo tenemos que vestirnos, qué crema ponernos. La extrema derecha la vamos a dejar de lado. Las mujeres jóvenes somos conscientes de que debemos avanzar muchísimo más. Si las mujeres no encontramos espacios como este, no podemos rearmarnos. No nos están explicando la letra pequeña de lo que está pasando a nuestro alrededor. El machismo se ha puesto el disfraz y el patriarcado sigue dándonos la tabarra. Necesitamos seguir dando el palique allá donde podamos darlo”.
Murillo habló de los servicios públicos como los únicos que traen calidad y son universales, y sobre el avance de la ultraderecha llamó a la esperanza. “A la ultraderecha los chicos jóvenes la adoran. Pero las chicas no están comprando testosterona del siglo XIX”. Asimismo, llamó a sustituir el concepto del síndrome de la impostora por el síndrome de la pionera. “Para emanciparse de esa sensación tienes que tener alianzas entre mejores, porque las alianzas repercuten en tu propia autoestima”.

El último de los debates, dirigido por Montse Haro, periodista de UGT Servicios Públicos, se centró en cómo afrontar los cambios y caminar hacia una sociedad basada en la justicia, la igualdad y la solidaridad
Isabel Araque, secretaria de Acción Sindical de UGT SP, valoró la “impresionante red de delegadas” que tiene el sindicato y cómo llevan a gala defender los derechos y el bienestar de las trabajadoras y los trabajadores antes que cualquier otro interés. En una negociación a veces se ha caído un acuerdo porque alguien ha dicho: esto es mi casa no lo van a aceptar. Esa es la gran diferencia entre UGT y otros sindicatos. Sí, la diferencia es muy grande y da igual el ámbito en el que se esté”.
Preguntada por los logros de los que como sindicalista se sentía más orgullosa, recordó la oportunidad de estar en muchas negociaciones de muy distinto nivel, pero entresacó dos. Una fue negociación del real decreto de los ERTE durante la pandemia. “Todavía me cuesta hablar de ello. Entramos en la CEOE a las 11 de la mañana. Pensábamos que aquella negociación podía durante hasta las tres. Salimos con el real decreto debajo del brazo a la una menos veinte de la madrugada. Telefónica nos llamó y nos dijo: no sabemos si la red va a aguantar todo porque había que gestionar todos los ERTE de los trabajadores de este país. Aquel acuerdo me marcó de por vida”.
El otro asunto, no negociado personalmente, pero que sí tuvo que desarrollar, fue el acuerdo de estabilización, sobre el que hubo que explicar a todos los niveles de la federación cómo llevarlo a cabo. “Nos decíamos: esto tiene que salir, hay 600.000 personas empleadas y empleados que se pueden ver en la puerta de la calle. Son los dos acuerdos que a más miles de personas han afectado.”
Sobre los retos que tiene la Federación de Servicios Públicos de UGT, recurrió a la metáfora de que “va tocar secuestrar muchos autobuses, no lo dudéis”. “Todos somos un eslabón de la cadena, pero imaginaros qué cadena unida. No hay otra razón que la unión. Hoy más que nunca uno de los retos es mantener unida esa cadena”, añadió. También se refirió a que mucha parte de la precariedad de los sectores se llama Administración pública, porque están haciendo negocio con los costes laborales. “Son importantes los planes de igualdad, por supuesto, pero los estamos pagando con el céntimo de las delegadas y delegados. Podemos tener el mejor plan de igualdad, pero si no hay una clasificación profesional en el convenio colectivo da igual el plan de igualdad. Ahí está la lucha de las mujeres de los sectores feminizados. Por eso digo que vamos a tener que secuestrar algún autobús. Que pediremos perdón, pero que ya está bien”.
Por último, la secretaría de Mujer y Políticas Sociales de UGT, Luz Martínez Ten, dio cuenta de cómo había nacido el documental que se presentó en la Conferencia y que reconocía el papel de las delegadas sindicales. “El gran valor de este sindicato son las delegadas y delegados. Y ser delegada tiene un plus, porque muchas están en sectores masculinizados o invisibilizados. Lo que más respeto me inspira es la construcción colectiva. Somos un ejército. Somos la resistencia. Cuando te acercas, lo ves. Y eso hay que contarlo. Esto es la UGT. La UGT sin las delegadas y los delegados que estáis en la base no sería posible”.