La sexta ola amenaza con colapsar la ya debilitada Atención Primaria deriva en un aumento de consultas en las urgencias hospitalarias

Unos profesionales agotados y muy escasos en número, tanto en el sector de la Sanidad como de la Dependencia, luchan contra la nueva variante de la Covid 

UGT Servicios Públicos denuncia la sobresaturación que, por la sexta ola de la Covid-19,  está experimentando la Atención Primaria, que en los últimos tiempos se encontraba ya al límite como consecuencia de los escasos recursos de profesionales y la escasa inversión acometida en los últimos años.

Tras meses advirtiendo de esta preocupante situación  UGT encabezó el pasado 12 de diciembre las multitudinarias marchas que recorrieron varias capitales de España en defensa de la Atención Primaria. Finalmente la llegada de la variante Ómicron está produciendo el desbordamiento del sistema sanitario de primer nivel, con unos profesionales agotados y en extremo escasos, y con un alto número de ausencias en personal médico y de enfermería sin cubrir. Sobre los servicios de Atención Primaria están recayendo, además de la vacunación de la gripe, las terceras dosis y las patologías habituales, un aluvión de infectados, contactos estrechos y aislamientos causados por la nueva variante, que, aunque inicialmente produce casos leves, su alta contagiosidad -hasta un 70% mayor- puede terminar provocando un aumento de los ingresos hospitalarios, ingresos en UCI y muertes, al ser mayor la población afectada, por el aumento exponencial de casos. Al mismo tiempo, la saturación generalizada de los servicios de Atención Primaria conlleva el aumento de las consultas en urgencias hospitalarias al ser dificultoso poder contactar con el Centro de Salud correspondiente.

La Atención Primaria lleva décadas sufriendo maltrato institucional, una financiación insuficiente y una mala gestión de los recursos. Estos problemas no han hecho otra cosa que agudizarse con la pandemia. De manera reiterada, UGT Servicios Públicos ha reclamado al Ministerio de Sanidad y a las Comunidades Autónomas acciones eficaces que sirvan para detener el deterioro de la Atención Primaria y Comunitaria. En concreto, en noviembre, con motivo del Comité Técnico del Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria, volvimos a exigir al Gobierno el inicio de la ejecución, antes de que terminara el año, de todas las acciones de corto plazo del Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria de 2019 que ya estaban concretadas y consensuadas.

Con respecto al Gobierno murciano, decir que el proyecto de presupuestos 2022 supone una inversión de 1432 euros por habitante, muy por debajo de la media española que está en los 1679 euros por habitante, es la tercera con menor dotación de toda España. Según estos presupuestos,  el SMS prevé reducir la plantilla en 761 trabajadores, dedica 15 millones menos para el rastreo (suponemos que los sacarán de los fondos europeos), se recorta en salud ambiental y tabaquismo y siguen suspendidas las inversiones en infraestructuras como el centro de alta resolución y UCI de Caravaca, o el prometido repetidamente nuevo centro de especialidades del área del Morales Meseguer, así como la creación o ampliación de algún centro de salud en la Región.

UGT considera que el Ejecutivo regional no prevé inversiones en centros ni en personal, a pesar de que la sexta ola nos está golpeando de nuevo, sobre todo en la fatigada Atención Primaria. Ni tan siquiera han tenido el detalle de compensar de algún modo el esfuerzo y sacrificio de los trabajadores del SMS durante estos dos largos años de pandemia.

El refuerzo de la Atención Primaria y Comunitaria pasa también por ofertar opciones de cuidados con orientación comunitaria y sociosanitaria, teniendo en cuenta el envejecimiento de la población. En este sentido, también el sector de la Dependencia se mantiene en situación precaria, con profesionales poco reconocidos y con bajos salarios. El sobreesfuerzo llevado a cabo durante casi dos años por los profesionales sanitarios y sociosanitarios está llevándolos al límite de sus fuerzas, mientras toda la ciudadanía asiste a un colapso de los cuidados sanitarios que debería haberse evitado.

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