La desaparición de las secciones de reparto y los distritos como modelo de distribución es todo un alarde de alejamiento de la función social y pública de Correos, eje de una buena prestación a la sociedad y de su reconocimiento por parte de los ciudadanos/as, y un indicio claro de que caminamos hacia un modelo cada vez más “a lo rider” en la distribución, en el que prima llevar cosas, sea lo que sea, en detrimento del servicio público postal y en el que impere la precariedad, la flexibilidad y la pérdida de derechos laborales.
Los carteros/as ahora cubrirán mayores distancias al tener que asumir varias secciones del llamado “sector”, además lo harán con un recorte de plantilla (en dos años se han recortado 7.000 empleos pese a las convocatorias para la consolidación de empleo), por tanto, con mucha más carga de trabajo, además de mucha más polivalencia, movilidad funcional y responsabilidad.
El desmantelamiento del servicio de reparto forma parte del Plan de Desmantelamiento general de Correos que está aplicando el presidente de la compañía, Juan Manuel Serrano, plan que ha sido rechazado por el 75% de la representación sindical de Correos el pasado 16 de diciembre, cuando la empresa lo puso a la firma, lo que hace que carezca de legitimidad democrática para ser aplicado en la mayor empresa pública del país.
CCOO y UGT indican que este solo es el principio de una agresión que la empresa quiere culminar el próximo 15 de enero con el cambio total del servicio de reparto y distribución de Correos, lo que no puede quedar sin una respuesta movilizadora integral a nivel estatal. Por eso, ambas organizaciones hemos iniciado los trámites legales para la convocatoria de huelga general para los días 5,7 y paros parciales el 12 de enero, cuyo objetivo no es otros que el de paralizar o revertir el desmantelamiento que está llevando a cabo la dirección de Correos.