La responsable sindical expone, a través de una vivencia personal, las dificultades que encontró para desarrollar su labor de asesora de género en un proyecto de cooperación europeo que tenía como objetivo dotar de colegios y hospitales a las zonas más castigadas por el Huracan Mitch en Honduras. Incorporar la figura de la mujer en la toma de decisiones, sobre el terreno, en éstas y otras comunidades, sigue siendo difícil.
«Recorriendo, en un viejo todoterreno, el país de extremo a extremo, internándonos por caminos que nos llevaban a los lugares más recónditos y olvidados» relata Martínez Ten, se reunieron con líderes comunitarios que explicaban sus necesidades. El problema era que, entre estos, rara vez se encontraba una mujer, por lo que las propuestas que se hacían en estos grupos de análisis quedaban sesgadas, sin la voz de la mitad de la comunidad.
Gracias a esta vivencia fue aún más consciente de que “la perspectiva de género” es imprescindible para que la mitad de la comunidad esté representada y que la educación de las niñas y formación de las mujeres es imprescindible para que puedan ocupar un lugar decisivo en su entorno. «Sin la voz de niñas y mujeres, no hay sociedad justa ni equitativa».